La osezna recogida en Somiedo a finales de agosto del año pasado, reintroducida en el Parque Natural de Redes
Medio Natural mantiene un dispositivo de seguimiento activo del plantígrado, que se encuentra en una zona con disponibilidad de alimento y escasa presencia humana, para comprobar su adaptación.
17 de abril de 2021
La cría de oso cantábrico recogida a finales del pasado agosto por agentes del Medio Natural del Principado en el concejo de Somiedo, fue reintroducida, el jueves, 15 de abril, en el Parque Natural de Redes. Culmina así el trabajo coordinado entre la Consejería de Medio Natural y Cohesión Territorial de Asturias, las áreas homólogas de Cantabria y Castilla y León, y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
La zona de la suelta fue elegida tras analizar múltiples variables, entre las que destacan la disponibilidad de alimento y la baja presencia de personas. Su traslado al núcleo oriental de la cordillera cantábrica podría contribuir a conectar la población osera presente en esta área, no muy numerosa, con la del occidente, mucho más estabilizada. En esta progresión de la población occidental, resulta vital el apoyo de las comunidades locales como la de Somiedo (lugar de procedencia), en la que esta especie forma ya parte indisoluble de su territorio y de su desarrollo socioeconómico.
Con la reintroducción de la osezna en este entorno favorable para su desarrollo ha concluido solo una parte del proceso. Ahora, para seguir su adaptación al medio, comienza la fase de seguimiento activo por parte del cuerpo técnico y agentes del Medio Natural de la consejería, en la que se utilizará tecnología de geolocalización y monitorización en tiempo real. Además, se continuará con el trabajo coordinado con las otras comunidades autónomas y el ministerio.
Agentes de la Guardería del Medio Natural localizaron el pasado verano una osa con dos crías en el Valle de Saliencia, en Somiedo. Durante el seguimiento, comprobaron que uno de los esbardos perdía condición corporal y le costaba cada vez más seguir al grupo. A finales de agosto, la cría fue recogida en las inmediaciones de la localidad de Éndriga y debido a su estado fue trasladada a una clínica de Oviedo.
La osezna presentaba hipotermia, hipoglucemia, un peso muy por debajo de lo normal para su edad -6,5 kilos (cuando el peso aproximado de un esbardo de 8 meses es de 15-20 kilos)- así como lesiones cutáneas y numerosas heridas infectadas compatibles con mordeduras.
Una vez estabilizada, fue trasladada al Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre del Gobierno de Cantabria para continuar con su recuperación. Allí permaneció hasta diciembre, momento en que fue desplazada al Centro de Valsemana, en León. En este espacio en semilibertad ha permanecido los últimos cuatro meses, como paso previo a su reintroducción.
La evolución de la osezna durante este tiempo, en el que ha alcanzado una complexión propia de su edad (aproximadamente 36 kilos de peso), ha sido muy positiva, tanto a nivel clínico como de comportamiento, y ha mostrado cada vez mayores periodos de actividad y juego. Además, ha seguido una rutina de enriquecimiento ambiental y de cuidados veterinarios en aislamiento total y bajo videovigilancia, con el objetivo de fomentar las actitudes normales de un esbardo y evitar su habituación a las personas.
17 de abril de 2021
La cría de oso cantábrico recogida a finales del pasado agosto por agentes del Medio Natural del Principado en el concejo de Somiedo, fue reintroducida, el jueves, 15 de abril, en el Parque Natural de Redes. Culmina así el trabajo coordinado entre la Consejería de Medio Natural y Cohesión Territorial de Asturias, las áreas homólogas de Cantabria y Castilla y León, y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
La zona de la suelta fue elegida tras analizar múltiples variables, entre las que destacan la disponibilidad de alimento y la baja presencia de personas. Su traslado al núcleo oriental de la cordillera cantábrica podría contribuir a conectar la población osera presente en esta área, no muy numerosa, con la del occidente, mucho más estabilizada. En esta progresión de la población occidental, resulta vital el apoyo de las comunidades locales como la de Somiedo (lugar de procedencia), en la que esta especie forma ya parte indisoluble de su territorio y de su desarrollo socioeconómico.
Con la reintroducción de la osezna en este entorno favorable para su desarrollo ha concluido solo una parte del proceso. Ahora, para seguir su adaptación al medio, comienza la fase de seguimiento activo por parte del cuerpo técnico y agentes del Medio Natural de la consejería, en la que se utilizará tecnología de geolocalización y monitorización en tiempo real. Además, se continuará con el trabajo coordinado con las otras comunidades autónomas y el ministerio.
Agentes de la Guardería del Medio Natural localizaron el pasado verano una osa con dos crías en el Valle de Saliencia, en Somiedo. Durante el seguimiento, comprobaron que uno de los esbardos perdía condición corporal y le costaba cada vez más seguir al grupo. A finales de agosto, la cría fue recogida en las inmediaciones de la localidad de Éndriga y debido a su estado fue trasladada a una clínica de Oviedo.
La osezna presentaba hipotermia, hipoglucemia, un peso muy por debajo de lo normal para su edad -6,5 kilos (cuando el peso aproximado de un esbardo de 8 meses es de 15-20 kilos)- así como lesiones cutáneas y numerosas heridas infectadas compatibles con mordeduras.
Una vez estabilizada, fue trasladada al Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre del Gobierno de Cantabria para continuar con su recuperación. Allí permaneció hasta diciembre, momento en que fue desplazada al Centro de Valsemana, en León. En este espacio en semilibertad ha permanecido los últimos cuatro meses, como paso previo a su reintroducción.
La evolución de la osezna durante este tiempo, en el que ha alcanzado una complexión propia de su edad (aproximadamente 36 kilos de peso), ha sido muy positiva, tanto a nivel clínico como de comportamiento, y ha mostrado cada vez mayores periodos de actividad y juego. Además, ha seguido una rutina de enriquecimiento ambiental y de cuidados veterinarios en aislamiento total y bajo videovigilancia, con el objetivo de fomentar las actitudes normales de un esbardo y evitar su habituación a las personas.