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«La seta mágica»

Se trata de una de las especies más populares. Puede aparecer en diversos lugares: desde zonas bajas, a la media y alta montaña en bosques caducifolios o de coníferas asociadas a las raíces de los árboles, preferentemente en suelos ácidos.

 Esta bonita especie, se reconoce rápidamente por el vistoso color rojo escarlata de su sombrero que puede virar a anaranjado con la edad; aparece moteado de blanco con los restos del velo que la envuelve en su etapa más joven y que queda reflejado también en su pie en forma de anillo colgante. Al principio, este hongo tiene aspecto globoso, cambiando a convexo y posteriormente a plano en su madurez, con un diámetro que  puede llegar a los 25 cm. Las láminas del sombrero son blancas y bien diferenciadas; el pie, de aspecto claviforme,  parte de una volva algo rugosa semienterrada.

Se trata de una seta tóxica y, por lo tanto, no comestible, utilizada desde antiguo por sus propiedades alucinógenas y unida a infinidad de historias, ritos y leyendas. Aparece en muchos cuentos infantiles y pinturas de diversa temática.

En altas dosis puede provocar fuertes efectos neurotóxicos y graves afecciones intestinales y hepáticas. Los trastornos que produce esta seta (náuseas, visión borrosa, dificultad para respirar, entre otros…) suelen pasar en unas horas, pero pueden producirse intoxicaciones más graves. Contiene muscimol y muscarina: un potente alucinógeno y un alcaloide tóxico.